Jordi Serra, miembro de la tercera generación, es un artista polifacético: se inicia en el dibujo de pequeño y aprende el oficio de la cerámica de la mano de su padre Josep.
El estudio de química le ayuda a perfeccionar la técnica de los reflejos metálicos, y el uso del esgrafiado y el grabado lo llevaron a dar una nueva dimensión a la técnica de la cerámica. Jordi Serra, aún hoy al frente del taller de los Serra, ha situado su cerámica dentro del arte internacional con exposiciones en diversos paises como Japón, Francia, Alemania y EEUU.